Sorpresa, mares violetas y tu perfume...a veces las polillas tienen algo que decirnos. Nadie las escucha ni las mira, si te detienes y oyes su aleteo, te darás cuenta que la belleza importa tan poco. La naturaleza no se preocupa de educar a las protegidas por Venus. Son las debilidades y los riesgos a los que estás sometido los cuales van narrando el manual de la experiencia. Te has preguntado quien le enseña a una mariposa a sobrevivir...sin embargo aceptas que no lo necesitan y que la mayoría no les haría daño…por que son bellas.
¿Y las polillas? ¿Te imaginas cuanto de ellas debemos aprender?
Desplazadas, olvidadas, marginadas se esconden detrás de tu camisa...no es que sean cobardes-se atreven a desafiar las tormentas lunares- simplemente entienden que nuestro interés es irrevocablemente sencillo e inmaduro.
Ellas tuvieron miedo, sufrieron y luego colonizaron el cielo nocturno ¿No es así como se supone que deberíamos actuar?... He llegado a pensar que de cada estrella nace una de ellas. Aprendieron a jugar y a ver las estrategias de sus enemigos-pero aún siguen chocando con las ampolletas- ¿Y eso que? Valentía se llama eso…Te la presento, me la presento.
Es seguir sus sueños no importando el dolor que eso signifique para ellas.
Me gustaría que el cielo fuese más fácil de leer, me gustaría saber si todo lo que está pasando vale la pena. Si mis decisiones en su momento hubiesen sido distintas...que sería de mi realidad. Tal vez no fueron las más correctas, pero la autopista me ha dado muchas comodidades que en otra no tendría, sin embargo, es imposible no sentir nostalgia. A veces pienso que es ella la que me impulsa a seguir teniendo sueños, ya que si lo hubiera cumplido lo más probable que mi motivación sería mas racional. Los sueños son el combustible de mi vida.
Las nubes de colores se esfuman y van convirtiendo en un negro opaco. La luz no se ha formado y los niños solo piensan que tal vez en otra vida la vuelvan a ver. Los adultos creen que es momento de pagar todos sus pecados, en cambio los animales movilizan instintivamente inteligente sus familias dejándonos de lado y dándose vuelta a mirar el gran error de nuestras vidas. Se cierra la puerta, cae un vaso, se quiebra en mil pedazos y de cada uno de ellas salen letras, el imán las ordena...dos nombre y un nexo...el mío y el tuyo...atrás las gaviotas llegan y se los comen...sólo cuando esas gaviotas mueran las letras se volverán a juntar. El único problema es el reloj, quien abre su boca inmensa y va devorando recuerdos. Dentro de mi cabeza tiene un reloj súbdito que está detenido hace más de un año.
Las fotos se han tratado de quemar, los lindos sentimientos son tergiversados para que la realidad duela menos...sin embargo sabemos que son mentiras, burdas mentiras. Y atrás de todo cuelgan un letrero que dice: Aún no aprendes.
Me diste tantas oportunidades destino, durante este año. Pero debo hacer que saquen el cartel de atrás para tomarlas...quizás después sea demasiado tarde y no tenga ninguna...quizás la felicidad no quiera ser mi amiga. Sin embargo, eso no tiene importancia, yo si quiero ser de ella...y cueste lo que cueste me considerarás... Y podré gritarle al de al frente...y al mundo que al fin hice las maletas.